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Peligros y riesgos laborales

Se estima que cada año mueren en España 4.000 trabajadores y trabajadoras, al menos 33.000 enferman y más de 18.000 sufren accidentes a causa de la exposición a sustancias químicas peligrosas en su trabajo.

Más información en el apartado de RIESGO QUÍMICO

Si trabajas con productos químicos debes conocer, además de las instrucciones de uso, los riesgos a la salud, como protegerte de ellos y como evitar que dañen al medio ambiente.

El cáncer está ampliamente extendido

El cáncer es la segunda enfermedad que más muertes causa en España. 

CCOO informa de unos 10.000 casos de cáncer de origen laboral cada año, Sin embargo, las Mutuas apenas reconocen 50 casos al año. Muchas empresas no tienen registrada la presencia de sustancias cancerígenas en sus centros de trabajo, con lo cual la población trabajadora está expuesta sin ningún tipo de medida preventiva.

Prevenir es posible

La prevención del cáncer de origen laboral es técnicamente posible. Así lo demuestran los numerosos casos de empresas que eliminaron el uso de cancerígenos.

Normativa de específica de referencia

Según el Real Decreto 665/1997 (ver texto consolidado) sobre protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes cancerígenos, mutágenos o reprotóxicos durante el trabajo, la empresa tiene la obligación de sustituir los cancerígenos, mutágenos y reprotóxicos siempre que sea posible, e implantar fuertes medidas preventivas para garantizar la salud en el espacio laboral.

Accede a toda la información de interés sindical

Agentes Carcinógenos y Mutágenos - Espacio para delegados y delegadas

El estrés, el acoso y el malestar físico y psíquico que sufren muchos trabajadores y trabajadoras son resultado de una mala organización del trabajo ( y no de un problema individual o que responda a circunstancias personales o familiares).

Para identificar estos riesgos se propone realizar la evaluación de riesgos psicosociales utilizando métodos que apunten al origen de los problemas (principio de prevención en el origen), es decir, a las características de la organización del trabajo.

Como apoyo a la actividad sindical, están disponible la “Guía del delegado y delegada de prevención para la intervención sindical: organización del trabajo, salud y riesgos psicosociales” ( ..a “documentación de interés de este mismo punto A.c.), además de materiales informativos y divulgativos y cursos ( ..a cursos saludlaboral) específicos sobre riesgos psicosociales.

Recuerda: Los daños a la salud por riesgos psicosociales no son un problema
individual y ha de hacerse prevención para todos y todas.

Los agentes biológicos comprenden los microorganismos como virus, bacterias y hongos (incluyendo los genéticamente modificados), los endoparásitos humanos (protozoos y helmintos), los priones y los cultivos celulares.

Presentan una gran adaptabilidad a los cambios que ocurren en el medio, lo que hace que puedan estar presentes en cualquier entorno. Hay agentes biológicos benignos, otros pueden producir daños a la salud como infecciones, alergias o toxicidad.

El riesgo biológico en el trabajo se entiende como la posibilidad de que una persona trabajadora sufra daños como consecuencia de la exposición a agentes biológicos durante la realización de su actividad laboral.

Los agentes biológicos con capacidad infecciosa pueden ser diversos: virus, bacterias, hongos o esporas, toxinas, cultivos celulares, etc. Para que este contacto se produzca debe existir una vía de transmisión, que permita que el agente entre en contacto con el órgano o sistema dónde el agente en cuestión puede causar daño.

Trabajos dónde puede haber exposición a riesgos biológicos:

  • Transmisión de persona a persona: Personal en centros sanitarios,personal de seguridad, protección civil, enseñantes, geriátricos, centros de acogida, penitenciarios, servicios personales, etc.
  • Transmisión de animal a persona (zoonosis): Veterinarios, ganaderos, industrias lácteas, mataderos, etc.
  • Transmisión a través de objetos o material contaminado: Personal de limpieza o sanitario, saneamiento público, agricultores, cocineros, mineros, industrias de lana, pieles y cuero, personal de laboratorio, etc.
Prevención del riesgo biológico

La obligación de prevención del riesgo biológico en el medio laboral consiste en tomar medidas para evitar daños a la salud originados en agentes biológicos con capacidad infecciosa presentes. Además de proteger la salud también reduce la sensación de inseguridad e inquietud entre las personas (trabajadoras y usuarias) expuestas.

El Real Decreto 664/1997 establece las disposiciones mínimas aplicables para la protección de la seguridad y salud del personal que esté o pueda estar expuesto a agentes biológicos debido a la naturaleza de su trabajo.

Algunos sectores donde puede haber riesgo de exposición son los centros de producción de alimentos, agricultura, actividades que impliquen contacto con animales o productos de origen animal, asistencia sanitaria, laboratorios clínicos, de diagnóstico y de investigación y trabajos en unidades de eliminación de residuos y depuradoras de aguas residuales.

Documentación de interés

La electricidad se utiliza en casi todos los entornos laborales y se tiende a olvidar que es muy peligrosa. Las tareas que puedan suponer exposición al riesgo eléctrico, ya sea de los técnicos electricistas o por contacto "accidental", requieren ser identificadas para aplicar medidas de prevención específicas.
La mayor parte de los riesgos puede ser minimizada mediante:

  • Una instalación adecuada a las necesidades, y mantenimiento
    adecuado y regular.
  • Equipos eléctricos seguros y perfecta comprensión del uso correcto de
    los equipos.

En algunos lugares se utilizan equipos de alto voltaje y alto consumo. En estos
casos, la evaluación de riesgos es más compleja, se dan riesgos específicos y
se requieren medidas preventivas especiales.
Por lo general, se tendrá en cuenta que:

  • Cualquier trabajo de reparación y calibración de equipos eléctricos debe ser realizado por personal capacitado para ello.
  • Antes de instalar, modificar o de realizar cualquier reparación, los equipos deben ser desconectados y su energía debe ser descargada o disipada (incluyendo los condensadores), y comprobando que realmente queden así.
  • Toda persona que participe en una tarea que suponga la utilización de equipos eléctricos debe conocer todos las implicaciones de seguridad eléctrica y se le informará por escrito de cualquier peligro potencial.

Los lugares de trabajo deben cumplir una serie de características estructurales y de orden y limpieza, de iluminación, etc. de modo que no den lugar a riesgos, ni perjudiquen la salud y la seguridad de las personas que allí trabajan. Y estas características se deben corresponder con la actividad que se realiza, el número de personas que trabaja o visita el centro, y con las sustancias y materiales que se utilizan o se almacenan.

En cualquier caso, todo centro de trabajo debe organizar el mantenimiento de los edificios y el plan de prevención y de emergencias y primeros auxilios. Esto vale tanto para grandes complejos industriales diseñados y construidos con los mejores y más modernos medios, hasta pequeños talleres ubicados en cualquier sitio, pasando por variados tipos de oficinas y despachos.
Las características de los lugares de trabajo están reguladas por ley, y se contemplan los siguientes aspectos:

  • condiciones constructivas,
  • orden, limpieza y mantenimiento,
  • señalización (aspecto enunciado, pero que en realidad está regulado por el RD sobre señalización),
  • instalaciones de servicio o protección,
  • condiciones ambientales,
  • iluminación,
  • servicios higiénicos,
  • locales de descanso,
  • material y locales de primeros auxilios.

Cada puesto de trabajo debe estar iluminado en función tanto de las exigencias visuales del trabajo como de las características personales de cada trabajador/a. El Comité Técnico 169 del Comité Europeo Normalizador (CENTC 169) establece diferentes niveles en función de los trabajos a realizar.

Una iluminación inadecuada en el trabajo puede originar fatiga ocular, cansancio, dolor de cabeza, estrés y accidentes. Además, puede ser causa de posturas inadecuadas que generan, a la larga, alteraciones músculo-esqueléticas.

A veces hay espacios dónde se generan temperaturas extremas: hornos de fundición, cámaras frigoríficas, etc., para los que hay que adoptar medidas especiales de prevención.
Los factores que más influyen en el confort ambiental son la temperatura, la humedad y la ventilación. Estos factores interactúan entre sí; por ejemplo, si hay mucha humedad parece que haga más calor de lo que indica la temperatura real, o si hay movimiento del aire, la temperatura parece menor.

Es imposible definir con exactitud los parámetros de un ambiente confortable, entre otras razones, porque las personas se sienten confortables en condiciones diferentes: cuando para una persona hace frío, otra encuentra ideal esa misma temperatura. Con todo, se puede decir que, en general, un ambiente confortable ha de tener suficiente renovación de aire sin que se formen corrientes de aire molestas, y no tener excesivas fluctuaciones de temperatura.

La normativa propone una serie de medidas concretas. Dicha concreción no es obstáculo a la reivindicación de mejores condiciones para conseguir un ambiente de trabajo más confortable.

El Real Decreto 486/1997 establece con carácter general que las condiciones ambientales de los lugares de trabajo no deben suponer un riesgo para la salud de los trabajadores, y que en la medida de lo posible tampoco deben constituir una fuente de incomodidad o molestia. A tal efecto, deberán evitarse las temperaturas y las humedades extremas, los cambios bruscos de temperatura, las corrientes de aire molestas, los olores desagradables, la irradiación excesiva y, en particular, la radiación solar a través de ventanas, luces o tabiques acristalados.

Se calcula que un 30% de la población trabajadora está expuesta a ruidos que superan los 85 db(A), lo que provocará en una parte de ésta un problema de sordera profesional.

La sordera profesional es progresiva (la pérdida de audición será mayor cuantos más años se permanezca expuesto a un nivel de ruido de riesgo) y esIncurable (no hay tratamiento médico ni quirúrgico que la cure).

Además de provocar pérdida de audición, el ruido dificulta la comunicación, aumenta la probabilidad de errores y con ello la probabilidad de accidentes, genera estrés y puede contribuir a la aparición de problemas circulatorios, digestivos y nerviosos.

Un estudio de los niveles de ruido en los diferentes puestos de trabajo de la empresa permitirá establecer un programa de reducción del ruido mediante diferentes de medidas a aplicar en este orden de preferencia:

  1. Reducir el ruido actuando sobre la fuente (sustituyendo la
    máquina, aislándola, mejorando el mantenimiento o modificando el
    proceso de trabajo, por ejemplo).
  2. Reducir la exposición ( rotaciones, menor tiempo continuado,
    exposición a menor número de personas, etc…)
  3. Protección personal (protectores auditivos)

El trabajo con radiaciones ionizantes (radioactividad) está muy reglamentado, y hay suficiente sensibilidad sobre sus riesgos por lo que se siguen por lo general correctamente todos los protocolos de prevención.

Pero existe otro grupo de radiaciones, las no ionizantes o radiaciones de baja frecuencias y longitudes de onda largas, que generan efectos más difíciles de percibir, aunque también generan daños a la salud.

Estas radiaciones resultan más toleradas socialmente y, aunque existe una normativa clara para la prevención, es más difícil hacer cumplir.

Un caso particular son las radiaciones electromagnéticas de baja frecuencia, que constituyen un riesgo ampliamente extendido, tanto en los ambientes de trabajo como en la vida cotidiana, hasta tal punto que ya se habla de la «polución electromagnética».

Las radiaciones no ionizantes reciben nombres distintos según cuál sea su frecuencia: rayos infrarrojos, ultravioleta, microondas, etc. Cada una de estas radiaciones tiene unas características peculiares que hacen que cuando entran en contacto con el cuerpo humano los efectos de cada una de ellas sean bastante distintos.

Las fuentes habituales en el entorno laboral de campos electromagnéticos son las telecomunicaciones, las antenas de radiodifusión y los hornos de microondas. En el entorno cotidiano y laboral, las fuentes más comunes de campos eléctricos y magnéticos de baja frecuencia son las redes de distribución eléctrica y los aparatos eléctricos.

La actuación preventiva en la empresa se basa en la adquisición de equipos seguros, la utilización y el mantenimiento apropiados, la evaluación de riesgos, y la formación de los trabajadores, en aplicación de los Principios de la Acción Preventiva (art.15) establecidos en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.

Las máquinas comercializadas y puestas en uso han de ser seguras, es decir, concebidas y diseñadas teniendo en cuenta todas las exigencias de seguridad.

La normativa sobre equipos establece que los equipos que se utilicen en el trabajo deben estar construidos de acuerdo a unas determinadas disposiciones. Estas regulan cómo deben estar dispuestos ciertos elementos de especial peligrosidad (por ejemplo, las partes móviles de una máquina, que pueden causar atrapamientos, golpes, desprendimientos, etc.).

La normativa europea de seguridad en los productos establece que sólo se pueden comercializar productos seguros y con unos niveles de calidad suficientes.

No obstante, la adquisición de equipos homologados no es ni se considera garantía suficiente de eliminación de riesgos para los y las trabajadores. Hay que evaluar los riesgos de cada equipo comprobando que tienen las características apropiadas y en relación al objeto de su utilización, al lugar donde se van a utilizar y en relación con el personal que lo va a utilizar. Esta obligación está establecida en el Real Decreto 1215/1997, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud para la utilización por los trabajadores de los equipos de trabajo.
Los delegados/as de prevención han de participar en la evaluación de los riesgos laborales.

Evitar los incendios, conocer los principios básicos de la prevención, la detección y la extinción, así como de la evacuación de los ediicios, son deberes sociales de primer orden. El nivel de riesgo debe ser evaluado en todo centro de trabajo y también aquí es necesaria la intervención de las
delegadas y delegados de prevención.

Todas las empresas deben organizar la prevención de incendios y explosión de acuerdo a la normativa de prevención de riesgos laborales y a la normativa local y autonómica. Estas instancias suelen tener normativa destinada a diferentes usos que se le da a los locales. Luego, hay empresas que, por las características de las sustancias, materiales o procesos que utilizan, están
sujetas también a la normativa de industria, y en su caso, tambien a la normativa de prevención de riesgos medioambientales.

Cualquier puesto de trabajo en el que habitualmente y durante una parte relevante del trabajo se utilice un equipo con pantalla de visualización (ya sea un ordenador o vigilancia con pantallas) está sujeto a unos riesgos bien definidos y que se deben prevenir.

El trabajo con pantallas de visualización de datos es quizás el ejemplo más característico de cómo una nueva tecnología puede suponer la introducción de unos nuevos riesgos:

  • problemas en ojos y visión, fatiga visual
  • trastornos músculo-esqueléticos causados por diseño inadecuado del
    puesto de trabajo,
  • problemas de piel (manchas rojas en la cara, irritaciones,
    descamación y sensación de acaloramiento) a causa de una atmósfera
    poco húmeda, la electricidad estática y el estrés
  • problemas de salud relacionados con el estrés: depresión, ansiedad,
    cambios en el comportamiento, dolores de cabeza, fatiga, etc. a
    causa de, por ejemplo, una mala organización del trabajo, exceso de trabajo en tiempo o intensidad y la falta de control sobre las condiciones de trabajo

Realizar en el trabajo movimientos frecuentes y/o rápidos, repetitivos, levantar y/o soportar cargas pesadas, o llevarlas durante un tiempo prolongado, mantener posturas estáticas y/o forzadas, etc. representan riesgos para la salud.
Los esfuerzos físicos o posturas pueden originar lesiones osteo-musculares. Estas se manifiestan en dolor, molestias, tensión o incluso incapacidad. Son resultado de algún tipo de lesión en la estructura del cuerpo.

El esfuerzo físico y postural, debe ser identificado y controlado como parte del plan de prevención. Es obligación empresarial controlar aquella condiciones de trabajo que las puedan causar o ser factor de riesgo en estos daños.
Los daños que sufran los trabajadores varían en función de características individuales. Las dimensiones corporales de las personas influyen mucho, así como su resistencia personal, pero también se debe atender a otras condiciones de trabajo que, como el frío, contribuyen a agravar las
consecuencias.

Las soluciones a los esfuerzos físicos y posturales no deberían ser muy difíciles de hallar si se consultara con los trabajadores. A menudo las soluciones son simples y las/os trabajadores las conocen. Introducir sillas ergonómicas en oficinas o reducir los ritmos de trabajo, y/o mecanizar algún proceso manual repetitivo son soluciones fáciles de introducir. Sin embargo, si esto no es
suficiente para eliminar el problema o bien no está clara la solución, se deberán evaluar los riesgos, realizando un estudio ergonómico, para tomar en cuenta las características del entorno de trabajo que puedan estar afectando a la salud.

Trabajo a turnos.  Es un modo de organización del trabajo según el cual un mismo puesto de trabajo es ocupado por distintas personas en distintos horarios, de forma sucesiva. 

Trabajar fuera del horario considerado normal (a saber, una horquilla entre las 7 de la mañana y las 7 de la tarde hora solar) puede afectar negativamente a la salud.

El trabajo a turnos exige mantener al organismo activo en momentos en que puede necesitar descanso, o a la inversa. Además, coloca al trabajador/a fuera de las pautas de la vida familiar y social. Esto provoca un triple desajuste entre el tiempo de trabajo, el tiempo biológico y el tiempo social.

Las personas que trabajan durante la noche o durante una parte de la misma son las que más acusan los efectos en la salud en sus triple dimensión biológica- psicológica- social.

Sectores con trabajos a turnos

El trabajo a turnos ha estado vinculado tradicionalmente a la industria y al desempeño de servicios básicos durante las 24 horas (como en hospitales, policía, bomberos, etc.).

Sin embargo hoy son cada vez más las empresas que optan por organizar el trabajo por turnos,  como por ejemplo las gasolineras, los comercios, “call centers”, aseguradoras y otros.

Esto no se hace por motivos sociales o de salud, sino respondiendo a motivos puramente económicos.  Un síntoma de la cultura dominante donde los intereses económicos prevalecen sobre el bienestar de las personas.

Consecuencias del trabajo a turnos y nocturno 

Sobre la salud y bienestar personal:

  • Trastornos gastrointestinales
  • Pérdida de apetito
  • Alteraciones en el sueño
  • Mayor gravedad de los accidentes
  • Trastornos nerviosos
  • Aumenta el riesgo de desarrollar diabetes
  • Aumentan las enfermedades cardíacas
  • Obesidad
  • Insatisfacción personal en el trabajo
  • Empobrecimiento de las relaciones sociales y familiares
  • Pérdida de amistades
  • Dificultad para disfrutar del ocio

Sobre la actividad laboral:

  • Aumento del número de errores
  • Reducción del rendimiento
  • Disminuye la capacidad de control
  • Aumena el número de accidentes de trabajo
Documentos de interés 

Los nanomateriales y las nanotecnologías están pasando de los laboratorios científicos al mundo de la producción.

Aunque se sospecha que pueden tener enormes impactos sobre la salud de los y las trabajadoras/es y sobre el entorno natural, no se han tomado medidas políticas específicas para obligar a sus promotores a investigar los peligros, anticiparse y evitar daños.

Más información en el sitio web de ISTAS

Se consideran accidentes laborales de tráfico los que:

  1. Ocurren al ir o al volver al lugar de trabajo. Son los accidentes in itínere.
  2. Ocurren durante el cumplimiento de una misión laboral, dentro de la jornada de trabajo. Se conocen como accidentes en misión.

Más información en el apartado de SEGURIDAD VIAL



Documentación de interés para la intervención sindical:

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